ENTRE MANOS

Construcción de un salón de ocio

Desde principios de enero, hemos aceptado el proyecto de construcción de un salón aledaño a una piscina en una finca privada en el término municipal de El Ronquillo.

El propietario aprovecha un antiguo gallinero para demolerlo y construir en su lugar un salón con un dormitorio para desahogo de la piscina. En él pasarán veladas inolvidables junto a familiares y amigos, tanto en verano como en invierno, puesto que se le instalará una chimenea alrededor de la cual contar viejas historias al amor de la lumbre.

Empezamos con la adecuación del terreno para la entrada de maquinaria pesada y la demolición del antiguo gallinero existente en el espacio donde ha de ubicarse el salón.

Con una excavadora, se han realizado las zanjas adecuadas para la cimentación del edificio. Ha sido una ardua tarea encontrar el material requerido para el encofrado necesario, pero en ALDIYAS MULTISERVICIOS estamos acostumbrados a los retos y finalmente el resultado es que hemos conseguido justo lo que queríamos.

Hemos tenido entre enero y febrero un par de semanas de lluvias que han paralizado la obra. Hay que tener en cuenta que en esta fase de la construcción no existe la posibilidad de refugiarse bajo ningún techo, ni siquiera provisional. Además, el terreno está en pendiente, lo cual no ayuda. Parece que la inestabilidad atmosférica de la primavera se ha adelantado y empezamos marzo con lluvia. Tener el trabajo parado por culpa del temporal es un engorro, menos mal que aprovechamos para hacer algunos trabajos menores que sí podemos hacer aunque llueva: cambiar una bañera, reparar una puerta, instalar unos interruptores… La verdad es que ya nos va haciendo falta un anticiclón que nos dé unas cuantas semanas de sol.

A pesar de los elementos adversos, hemos ido avanzando. Es una pena que en este trabajo no se pueda teletrabajar. Se puede fantasear con tener un equipo de robots que hagan el trabajo duro mientras tú estás calentito en casa con un ordenador disponiendo de ellos a distancia, pero hoy por hoy lo que hay es trabajar mientras el temporal dé una tregua para que al final te caiga un chaparrón y llegues a casa empapado. Eso sí, pegarte un duchazo, ponerte el pijama y cenar con tus hijos compensa todos los sinsabores.

Parece que tenemos una tregua con la lluvia. Ha habido mala suerte: de sesenta días, ha llovido cincuenta y dos. Ahora ha salido el sol y vamos avanzando. Las paredes van subiendo y la construcción empieza a parecerse cada día más al salón que queremos que sea.

Trabajar en medio del campo tiene la ventaja de vivir la primavera, sus olores, su frescor, cada día, en cada momento. No todo va a ser hormigón y ladrillo en el trabajo diario, los albañiles también tenemos nuestro corazoncito.

Decía Antonio Machado en su poema «Retrato» (Campos de Castilla, 1912) «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, / y un huerto claro donde madura el limonero». No pretendemos, ni mucho menos, comparar nuestra construcción con el Palacio de las Dueñas ni el limonero machadiano con el limonerillo que tenemos junto a la obra, pero es que, parafraseando al poeta, con las lluvias de marzo y el sol de abril, algunas hojas verdes le han salido. Y azahar. Y hasta limones nuevos. El campo entero está precioso. Igual que empieza a florecer la Naturaleza, nuestro salón empieza a tomar forma, él también florece. Ya han subido las paredes y esperan las vigas que sustentarán el techado. Hace ilusión pasar por allí de vez en cuando y ver cómo va creciendo la sala, como si fuese una maceta de gitanillas que mostrase su esplendor poco a poco.)

Con las vigas ha llegado el buen tiempo. Por fin se puede trabajar de manera seguida y ver cierta continuidad en el trabajo. ¡Qué duro ha sido colocar las vigas! Al ser un terreno en pendiente, no era factible la utilización de maquinaria que ayudase a su colocación. Aquí, la habilidad y fuerza bruta de unos obreros entregados ha sido determinante para poder subir las vigas al techo y ponerlas donde corresponde. Ya se ha cerrado el techo y solo queda cubrir el tejado.